El espacio negativo es un recurso potente y expresivo, por lo que resulta buena idea experimentar con él en nuestras fotos. Entendido como la ausencia de elementos y distracciones, el espacio negativo puede dotar de mayor presencia al sujeto, ayudando a definirlo y resaltarlo.

Aunque el espacio negativo debe pasar inadvertido y carecer de detalles que distraigan la atención, nada de eso quita para que, sin duda, pueda tener un gran peso visual y un significado propio. Puede aportar valores estéticos, equilibrio, aislamiento, crear contraste con el sujeto y centrar la atención.

El espacio negativo no es en absoluto espacio vacío, aunque no haya nada en él, y puede ser una parte importante en el resultado de una fotografía. En el estudio resulta sencillo crear un espacio negativo totalmente uniforme y carente de distracciones. Un recurso con el que vale la pena experimentar…

error: © Enrique E. Domínguez