Conseguir un fondo completamente blanco en estudio pasa por dedicar al menos un par de flashes a iluminar solamente dicho fondo, además de los que puedas necesitar para iluminar a la modelo. Puede darse el caso de no contar con suficientes flashes para todo, pero no por ello hay que renunciar necesariamente a un fondo blanco puro… En este caso, la foto está realizada con tan solo dos flashes de mano; uno montado en un octobox de 120cm y otro en paraguas de 110cm. Realmente el fondo blanco es el propio difusor del octobox, que está situado muy cerca tras la modelo y orientado hacia la cámara. La potencia de este flash está ajustada para que la tela del difusor aparezca completamente quemada en la imagen, o sea, blanco puro. Además, con esto se consigue una iluminación desde atrás muy envolvente en la modelo debido a la cercanía del octobox a su cuerpo.
Una vez tenemos el fondo blanco que queremos, el siguiente paso es ajustar el flash que iluminará a la modelo, en este caso montado en paraguas de 110cm y situado ligeramente a la izquierda y por encima de la cámara, para lograr su correcta exposición.
La pega que nos da usar el octobox para crear el fondo blanco es su tamaño, ya que puede limitarnos a primeros planos y planos medios. Pero siempre podremos abrir más el plano, aunque el octobox no ocupe todo el encuadre, y clonar o pintar debidamente en Photoshop las áreas de la foto que no cubrió el octobox.
Modelo: Phitty Gomez @phittygomez
Fotografía y edición: Enrique E. Domínguez
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